8 de marzo de 2009

CLASICISMO E ILUSTRACIÓN - LITERATURA

El siglo XVII, conocido por el gran siglo, es la época clásica de la literatura francesa. Estuvo marcado por el largo reinado de Luís XIV, con el que Francia alcanzó la cima de su poder y la hegemonía política y cultural. A esta época le siguió la Ilustración en el siglo XVIII, en el que el poder francés perdió fuerzas y la energía intelectual de la nación buscó el cambio y la reforma.
Una de las primeras figuras del clasicismo fue François de Malherbe, que a pesar de ser un poeta mediocre, estableció los criterios literarios del siglo: la razón pura, el sentido común y la perfección de la forma. En la consolidación de estos principios contribuyeron las influencias del salón de la marquesa de Rambouillet y de la Academia Francesa.

La marquesa de Rambouillet fue considerada la fundadora del PRECIOSISMO, una reforma del lenguaje, los modales y del ingenio. Fue satirizada más tarde por Molière en Las preciosas ridículas (1659), por su amaneramiento y exageración. Pregonaba el refinamiento en el lenguaje, los sentimientos y las relaciones sociales. La marquesa de Rambouillet reunió en su salón a la mayoría de las figuras literarias contemporáneas. La forma y el contenido eran el tema de la controversia literaria de la época. Se discutían y criticaban los dos sonetos, ‘Job’, de Isaac de Benserade, y ‘Uranie’, de Vincent Voiture. Cabe destacar otra mujer que influyó en la moda literaria de la época, la marquesa de Maintenon.

La Academia Francesa fue en su origen una sociedad privada de eruditos que se transformó en 1635 en una corporación estatal, ante la insistencia del cardenal Richelieu. Los académicos propusieron la preparación de un diccionario, una gramática y un manual de retórica. Se terminó y público sólo el diccionario. Claude Favre Vaugelas realizó la mayor parte del trabajo del léxico. Sus Remarques sur la langue française (Notas sobre la lengua francesa, 1647) lograron establecer los principios del uso de la lengua. Estuvieron entre los miembros fundadores de la Academia , Valentin Conrart, su primer secretario, y los poetas Jean Chapelain, François Maynard, el marqués de Racan y Vincent Voiture. Antoine Furetière, que se hizo miembro en 1662, fue expulsado en 1685 por recopilar un diccionario (que no fue publicado hasta 1690) cuya estructura sería considerada después más lógica que la adoptada por la Academia.

Nicolas Boileau-Despréaux fue el principal crítico y teórico literario de la época clásica; su influencia se extendió por toda Europa. Creía en la razón y en la ley natural y era partidario de las definiciones exactas; su búsqueda consistió en establecer reglas por las que la literatura se convirtiera en una disciplina tan precisa como la ciencia. Sus principales obras, escritas en verso, son Las sátiras (comenzadas en 1660), Épîtres (Epístolas, comenzadas en 1669), y L’Art poétique (1674; El Arte de la Poesía ).

Ejerció también una poderosa influencia literaria Jacques Bénigne Bossuet, el predicador más célebre de la época de Luis XIV. Fue tutor del delfín y llegó a ser el principal portavoz de la iglesia en Francia. Sus sermones y oraciones fúnebres (Oraciones fúnebres, 1689) son modelo de retórica clásica.

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